A letter to...

Hace años tuve un perro cruzado de corriente con callejero, tipo french, pasó el tiempo y obviamente el lazo afectuoso se dio; estuvimos juntos durante casi un año, que segun en edad perruna es la edad humana por siete, todo era feliz, hasta que empezo con ataques epilépticos; para aquel entonces nunca había visto a alguien padecer de esa horrenda enfermedad, yo tenía entre 10 u 11 años, recuerdo el trauma que me causo el verlo convulsionarse; tiempo despues tambien vi el efecto, pero en un niño de 6 años, fué aún mucho mas freaky; mi padre decidio no vivir más con el perro y una mañana, nos levantamos temprano, le dimos su último almuerzo, todos lo acariciaron por última vez y yo lo lleve junto con el; recuerdo que el perro no dejaba de verme a los ojos durante todo el camino, sentí su miedo o tal vez era el mio, llore mucho durante ese traslado de vida; fué la primer ocasión en que senti perder no solo a alguien sino algo en mi...